jueves, 15 de enero de 2015

El barco Leif Erikson



Fotografías de News Tribune con la llegada del barco vikingo Leif Erikson a Duluth (Minnesota), el 23 de junio de 1927, tras atravesar el Atlántico y los Grandes Lagos al mando del capitán Gerhard Folgero y con una tripulación de 3 hombres: Johan Johnsen de Molde, Kristian Andersen de Sandnessjoen, Thomas Stavenes de Bergen.


El barco Leif Erikson partió de Hemnesberget (Noruega) el 26 de abril de 1926; tras algunas paradas en la costa noruega, se internó definitivamente en el océano el 22 de mayo. Como tantos barcos vikingos de la antigüedad, hizo escala en las Shetland y las Feroe. En este último archipiélago, el capitán y la tripulación fueron despedidos por los reyes de Dinamarca, que se encontraban allí a bordo del barco Niels Juel.

El 21 de junio llegaron a Islandia y el 4 de julio a Groenlandia. Desde allí les quedaban 1000 millas para llegar a Labrador. El 10 de julio avistaron Newfoundland, tal como lo hiciese el Leif Eriksson al que debían el nombre del barco levantó un asentamiento. El 20 de julio desembarcaron en St. Johns, donde fueron recibidos por miles de personas. El siguiente destino sería Boston, a unas 1000 millas más. El 23 de julio pasaron junto al faro de Cape Breton y una semana más tarde llegaron al Markland de los viajes a Vinland, justo al lugar donde tuvo lugar un violento encuentro con los skraelings y dos vikingos murieron.

El 13 de agosto finalmente llegaron a Boston, donde fueron recibidos por miles de personas, entre los cuales había muchos noruegos, que habían hecho una colecta de 300$ para ellos, con la cual pudieron comprar ropa (sólo llevaban lo puesto) para presentarse más adecuadamente en su destino final. Siguieron el viaje por Newport, Rhode Island (donde se alojaron en el Viking hotel), y Philadelphia. En el Delaware Breakwater fueron parados y obligados a pasar una inspección médica. En Filadelfia fueron recibidos por descendientes de emigrantes noruegos; Thomas Stavenes decidió quedarse allí, siendo sustituido por Osvald Gabrielsen de Trondheim.

El barco permaneció expuesto hasta finales de noviembre. Entonces partieron hacia Nueva York. En Atlantic City encontraron muchos noruegos, la mayor parte pescadores. Las fiestas navideñas las pasaron gratamente invitados por distintas comunidades, iglesias y familias. El 1 de marzo recibieron a bordo a Roald Amundsen y Lincoln Ellsworth. El 17 de marzo entraron en el río Hudson y el 1 de junio en los Grandes Lagos. Detroit, St. Clair Canal, Port Huron, Drummond Island, Sault Ste. Marie, Isle Royale; en muchos de estos sitios, los lugareños les estaban esperando y muchos de ellos descendientes de emigrantes noruegos o suecos.

En el tramo final hacia Duluth, encontraron un paisaje costero y unas casas similares a las de un fiordo noruego. Antes de llegar, les recibió el barco Paducha, con una orquesta a bordo que tocó el himno de Noruega, mientras que la gente desde la orilla, e incluso subida a los tejados, les cantaba "Nar fjordene blaaner" (Cuando los fiordos se vuelven azules), una entrañable canción para cualquier noruego de la época.

Este era el destino del barco y la tripulación, pero aun hicieron un último viaje a Chicago, donde fueron recibidos con las salvas de un barco de guerra y varios barcos con su tripulación ataviada al modo vikingo. Finalmente, tras varios días de dura tormenta, regresaron a Duluth, donde el barco quedó guardado hasta el siguiente verano, cuando sería colocado en el Leif Eriksson Park, como un monumento a la historia de Noruega en América.


Muchas personas dijeron que esto no podía ser verdad, pero yo estaba convencido de que se podría hacer en cuanto consiguiese dinero para un barco.
Los años pasaron y continué trabajando y ahorrando, sabiendo que si lograba aquello que me propuse, sería por mi propio esfuerzo y por mi cuenta.  
~ Cap. Gerhard Folgero