Lindholm Høje, cerca de la ciudad danesa de Aarlborg, es ahora un museo y, sobre todo, un antiguo cementerio vikingo que una tormenta de arena preservó para la posteridad: setecientas tumbas de todo tamaño y forma, silueteadas por piedras, en la falda de una colina.
Aquí hubo un asentamiento con puerto, y el reflejo de su vida lo vemos en el interior del museo, donde objetos, vitrinas y grandes ilustraciones nos muestran algunas de las actividades cotidianas de esta comunidad, donde debieron primar los artesanos y comerciantes. Hay un panel especialmente curioso, con una mujer que peina al marido, con la barba trenzada, ataviado sólo con una camisola y que no parece muy contento de los tirones que debe darle ella, mientras tiene los pies metidos en un barreño de agua. Otra está dando la bienvenida al esposo, que ha llegado sobre un caballo, con un cuerno con cerveza, mientras un joven esclavo, seguramente no tan feliz de ver a su amo, sujeta las riendas.
Los arqueólogos han encontrado una diferencia de épocas bastante significativa entre la parte norte (100-1000 dC) y la sur (1000-1050 dC). El asentamiento fue abandonado en torno al 1200 dC. seguramente por una enorme tormenta de arena, que fue justo lo que preservó el cementerio durante 700 años. La deforestación intensiva pudo ser determinante para que se acumulase una gran cantidad de arena que un temporal movió tierra adentro.
Fragmento del libro Territorio Vikingo
Vídeo con fotos del museo y del cementerio