En el libro Historia de las gentes septentrionales, el sueco Olao Magno (Olanus Magnus, obispo de Upsala, cartógrafo e historiador) menciona el origen de los monarcas daneses citando a Saxo Grammaticus. Según este –sin duda retomando la tradición oral–, una joven danesa fue raptada por un oso, que la llevó a su guarida y, cambiando un apetito por otro, mantuvo relaciones sexuales con ella, llegando la joven a quedar embarazada. El oso acabó muerto en una cacería y la joven dio a luz un niño híbrido, pero de aspecto humano. No quedó más historia de este ser, pero sí de su hijo, Trugilo Esprakaleg, que fue el padre de Ulfón y este de Suenón y así sucesivamente para el resto de los reyes daneses, que consideran, al menos metafóricamente, que el origen de su soberano linaje reside en aquel oso raptor de una doncella.