1. De un trozo de asta o cuerno se separa una parte grande para los laterales del peine y otras más corta para los dientes.
2. Los laterales se unen en parejas, para que tengan forma idéntica, antes de ser decorados con motivos geométricos.
3. Se acoplan las placas de los laterales y los dientes con remaches de hierro o bronce.
4. Se recortan los fragmentos de dientes que sobresalgan en la parte inferior.
5. Por último, se sierran los dientes.
Contado así, no parece complicado, pero lo es.
También puedes comprar uno ya hecho.