Según tal leyenda, aquel Ogier/Holger era hijo de Geoffrey/Gudfred, el rey vikingo danés que conquistó el norte de Frisia y comenzó las obras del muro defensivo Danevirke que separaba la península de Jutlandia del reino franco.
Durante algunos años fue enemigo de Carlomagno, aunque más tarde Ogier/Holger se uniría a él para luchar contra los sarracenos. Tras ganar varias batallas, le entró la añoranza de su tierra de tal modo que dejó a Carlomagno en el sur de Francia y se dirigió a Dinamarca.
Cuando llegó al castillo de Kronborg, en la ciudad de Helsingor (la Elsinore de Hamlet), de pronto se quedó dormido... casi para siempre.
Durante algunos años fue enemigo de Carlomagno, aunque más tarde Ogier/Holger se uniría a él para luchar contra los sarracenos. Tras ganar varias batallas, le entró la añoranza de su tierra de tal modo que dejó a Carlomagno en el sur de Francia y se dirigió a Dinamarca.
Cuando llegó al castillo de Kronborg, en la ciudad de Helsingor (la Elsinore de Hamlet), de pronto se quedó dormido... casi para siempre.
Y allí debe seguir, en ese estado intermedio, mientras su barba crece y se extiende por el suelo, hasta que su país esté en un peligro lo suficientemente grave como para necesitar su presencia. Eso no ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial, con el país ocupado por los alemanes, aunque, eso sí, hubo un grupo de la resistencia que tomó su nombre.