jueves, 3 de marzo de 2011

Jorvik 2011

Una de las cosas más interesantes del Jorvik Viking Festival es que cambia de programa a menudo, lo cual lo diferencia de casi todos los otros, donde, por muy interesantes que sean, cada edición es un poco más de lo mismo, con muy pocas variaciones.

Este año ha habido varios lugares donde artesanos y mercaderes mostraban sus productos, los guerreros sus habilidades y la música ha tenido su pequeño protagonismo en un programa lleno de sorpresas.

En el York Minster, catedral gótica, tuvo lugar, de noche, un concierto bajo el nombre de Fit for a King, donde el rey Ethelred y sus nobles eran agasajados con una velada musical. Un escaldo, encaramado a un púlpito, hacía las presentaciones y declamaba poemas al estio nórdico. En primer lugar, Sarah Dean, arpista y cantante, en la línea de Loreena McKennit, que interpreta una pieza especialmente compuesta para esta noche: A Boy's dream; después, una banda llamada Leeds Watts, haciendo música del siglo XVIII, en mi opinión un poco fuera de lugar en este evento. Regresa Sarah Dean, esta vez acompañada por otras tres mujeres; juntas forman el grupo Soundsphere. Cuatro voces perfectamente conjuntadas que ofrecen el largo tema The Journey continues sobre los viajes oceánicos de los vikingos. Un intermedio, nueva exhibición del escaldo (Lee Gemmell), ahora en el escenario y dramatizando una divertida poesía, y más música. Ebor Singers son el grupo estrella de la noche; cuatro temas polifónicos entre los que se pueden destacar las canciones comisionadas del año pasado (All men are mortal) y de este (The victory at Sudvirke). Justamente esta última resulta sorprendente en este marco: en el estribillo, las voces repiten insistentemente en distintos tonos el nombre de Odín, que resuena entre las viejas piedras y los arcos ojivales de esta catedral.

En la noche siguiente, la batalla final (por la mañana ha habido un largo entrenamiento), a las afueras de York. Los guerreros de Regia Anglorum escenifican una batalla ganada por los vikingos, bajo el mando de Olaf Haraldsson, a los sajones. Una vez conseguida la victoria, la atención se pone en el barco, en el que el presentador sitúa las almas de los caídos en combate que partirán al Valhalla. Y las propias valkirias hacen acto de presencia, incendiando la nave con sus antorchas. La Cabalgata de las Valkirias acompañarán los fuegos artificiales mientras el drakkar es devorado poco a poco por las llamas.
fragmento del libro Territorio Vikingo


Jorvik 2011 y Valkirias en Jorvik.