Hace cinco años, el guionista Jorge García y el dibujante Gustavo Rico publicaron Los dientes de la eternidad, primera parte de una serie dedicada al Ragnarök. Recientemente, Norma editorial ha publicado el integral. Ahora los mismos autores están trabajando en otra obra relacionada con el viejo mundo nórdico.
Proyecto de publicación mediante crowfunding de Audun y el anillo del rey.
Noruega, mediados del siglo XI. Audun es un viejo vikingo manco, demacrado y andrajoso que ha conseguido una audiencia con el rey Harald. Audun afirma que ambos se conocieron hace siete años, pero el monarca no reconoce a su interlocutor. Para probar sus palabras, Audun le muestra un anillo que el rey Harald le regaló en el transcurso de aquella primera entrevista.
En aquella época, Audun acababa de cumplir treinta años y aún conservaba el brazo derecho. Audun era un mercader dedicado a comerciar con bacalao, arenques y pieles de foca. Harto de ese comercio, se presenta en la corte de Harald con un regalo para el rey: un oso polar adquirido en Groenlandia. Audun regala el oso al monarca, que le compensa con oro suficiente para financiar una expedición a Roma (donde Audun quiere peregrinar por motivos religiosos y comerciales). Aparte, le entrega un anillo aconsejándole que lo guarde y que sólo lo entregue a quien aprecie su verdadero valor.
Con el dinero del rey Harald, Audun contrata el mejor navío y la mejor tripulación, una tripulación a las órdenes de la legendaria capitana Hlaf. Hlaf es una pirata a la que Audun conoce desde la infancia. Hlaf es una leyenda entre los vikingos del norte. Su reputación se funda tanto en su destreza marinera como en su crueldad, su ardor guerrero y su absoluta falta de escrúpulos. Pero ahora Hlaf piensa en abandonar la piratería y ceder el testigo a su hija adolescente. Pero antes de retirarse ha planeado una última misión. Y es ahí donde sus intereses convergen con los de Audun, ya que el oro del comerciante puede ayudarle a cumplir su objetivo.
La expedición se desarrolla sin incidentes hasta llegar al sur de Portugal. Una vez allí, un complot tuerce el rumbo de la nave obligando al barco a viajar rumbo al sur. La nave costea el África occidental hasta alcanzar la desembocadura de un gran río. A partir de ahí, comienza una odisea fluvial que despertará la codicia y el temor entre los tripulantes, una odisea en la que Audun y Hlaf van a desempeñar un papel decisivo.
¿CÓMO NACIÓ AUDUN?
"Audun y el anillo del rey" nació de la lectura de una saga islandesa titulada "Saga de Audun". Las sagas son biografías más o menos veraces de hombres de Islandia. "Saga de Audun", en apenas diez páginas, contaba la historia de un peregrino que aspiraba a viajar a Roma y, para conseguir los fondos necesarios, se entrevistaba con los reyes de Noruega y Dinamarca, sucesivamente. Era un cuento perfecto, una fábula moral protagonizada por un héroe humilde e íntegro que buscaba la salvación por la vía activa. La integridad no era, en su caso, una pose o una convención literaria, sino una cualidad que proyectaba sobre todos los que se cruzaban en su camino. La lectura de "Saga de Audun" me impresionó tanto que empecé a fantasear con una adaptación libre en forma de historieta corta.
Durante años, mantuve ese capricho en secreto mientras me dedicaba a otros proyectos. Y aunque nunca supe si aquel antojo pasaría del estadio de potencia al de acto, siempre supe quién debía dibujar aquella historia: Gustavo Rico. A él me une una amistad que se remonta a 1999. Juntos hemos firmado muchas páginas, hemos pasado momentos dulces y amargos, y hemos conformado uno de los equipos creativos más inusuales del panorama actual del cómic español. A su apoyo (y al de otros amigos como Pedro Rodríguez o Sagar Forniés) debo el hecho de seguir escribiendo historieta. En este sentido, he contraído una deuda de gratitud con él. Para pagarla —y porque ya nos habíamos sumergido en el universo de las sagas durante el proceso de creación del álbum "Los Dientes de la Eternidad"— Gustavo me pareció la opción más acertada si se presentaba la posibilidad de poner en pie la historia de Audun.
En principio, yo había fantaseado con escribir una historieta corta que adaptase literalmente la saga. Pero, cuando surgió la posibilidad de colaborar con Spaceman Project, se me ocurrió darle un desarrollo distinto al argumento para que la trama alcanzase las dimensiones de un álbum. Mientras buscaba documentación y emborronaba los primeros folios del argumento, surgió una idea que modificó totalmente el rumbo del proyecto. Originalmente queríamos contar una historia fiel al trasfondo histórico, a la vestimenta y a los decorados de la época. Pero entonces se impuso la idea de incorporar un elemento fantástico al viaje de Audun y convertir la peregrinación a Roma en una odisea fluvial a través de África.
El resultado es, formalmente, un relato de aventuras, en la medida que remite a los clásicos del género (especialmente a Kipling) más que al anónimo autor de "La saga de Audun". Pero, sobre todo, es un tebeo que se inscribe en la tradición francobelga de álbumes de aventuras, con su ritmo vertiginoso, su sentido del suspense y su galería de personajes carismáticos y bien diferenciados. Pero no me gustaría que "Audun y el anillo del rey" se redujera a una sucesión de peripecias irresponsables. Me gustaría que fuera la historia de un hombre benevolente, generoso y cordial que, como nos ocurre a todos en algún momento, se ve zarandeado por los embates de la fortuna. Es un cuento sobre la aceptación, sobre la felicidad, sobre alguien que salda una deuda y sigue su vida. ¿Qué podía escribir si no? Al fin y al cabo, se lo debía a Gustavo. Y a Audun.
Jorge García