Durante la Edad Media, hubo varios reyes suecos de origen gauta, comenzando con Stenkil, que sucedió al svear Emund el Viejo, consiguiendo así los gautas un papel primordial en el desarrollo de la Suecia cristiana. Aunque esto fue motivo de grandes disputas, ya que los gautas eran cristianos mientras que los svear se mantenían recalcitrantes en su paganismo. Uno de aquellos reyes, Inge I, se vio en la necesidad de refugiarse en Västergötland cuando fue violentamente depuesto por el pagano svear Blot-Sven, a comienzos del siglo XI, aunque, con ayuda de los gautas, retomaría el trono.
Durante siglos, la preponderancia entre gautas y svear fue alternándose, sintiéndose como pueblos diferenciados, hasta que en el siglo XV, con la Unión de Kalmar, empezaron a tener una identidad de nación común, haciendo el término svensk englobase a ambos.