martes, 9 de septiembre de 2008

THOR HEYERDHAL en busca de ODIN

En el Heimskringla del historiador islandés Snorri Sturluson se cita que, en la ciudad sueca de Sigtuna, el dios vikingo Odín nombró a doce señores para que se hiciesen cargo del gobierno y la administración de las leyes. Entre esas leyes estaban las relativas a la muerte. Así, todos los cadáveres debían quemarse junto a las propiedades del fallecido, y sus cenizas enterrardas o echadas al mar. Las propiedades, junto a todo lo que él hubiese enterrado previamente, las recuperaría en el más allá. A los grandes reyes se les harían túmulos y a los hombres destacados se les erigirían piedras conmemorativas. También estableció las fechas para los sacrificios (blot) que marcaban el calendario antiguo.

Aquella estancia humana del dios Odín en esta tierra llevó al noruego Thor Heyerdahl a involucrarse en un proyecto llamado Jakten på Odin (En busca de Odín) con el fin de encontrar el origen terrenal de los dioses Æsir o Ases y del pueblo vikingo. Esta idea partió de la minuciosa lectura de las obras de Snorri Sturluson, escritas en el siglo XIII (principalmente el Heimskringla, donde recoge la historia de los reyes noruegos y suecos) y del tiempo previo al primer rey histórico.

Así tendríamos que la tierra originaria de los Ases estaría entre los mares Negro y Caspio, al sur del Caúcaso, las grandes montañas que dividen Europa y Asia.

Cuando Odín (según la genealogía de Sturluson, sería descendiente del Príamo troyano) era allí el rey de este pueblo, tomó la decisión de llevarlo hacia el norte de Europa, pasando por Rusia, Sajonia, las islas danesas y finalmente Suecia. Por todos estos lugares fue dejando hijos que se hicieron cargo de reinar las respectivas tierras. Desde Odín hasta el primer rey histórico sueco, en el 830, pasaron 31 generaciones. Tomando lo que en aquellos tiempos se consideraba como media de vida, 25 años, y multiplicándolo por 31, tenemos unos 775 años, que restándolos de 830 nos da como fecha el año 55, o sea a mitad del siglo I, que sería cuando debió ocurrir aquella migración.

Con toda la información disponible, Thor Heyerdahl, famoso por sus expediciones y proyectos arqueológicos “poco académicos”, se puso manos a la obra. El punto de mira fue puesto en Azerbaiyán, en el noreste del mar Caspio, concretamente en la región de Azov. Un motivo es la similitud fonética de este lugar con Ashof, siendo hof un lugar de sacrificios o templo en el antiguo idioma nórdico. O sea, templo de los Ases. Otro motivo fue la publicación de las fotografías de unos petroglifos de la cueva de Gobustan, cercana a Bakú, la capital azerbayana en la que podían verse las figuras de unos barcos muy similares a los que hay en bastantes lugares de Escandinavia, aunque Thor Heyerdahl recordaba especialmente los que vio en la región noruega de Alta.

Los primeros hallazgos arqueológicos, en el 2001, sacaron a la luz broches circulares del siglo I similares a los nórdicos. ¿Era esa región definitivamente el lugar donde los Aser y los Vanir, posteriormente deificados, vivieron y lucharon entre ellos antes de partir hacia el norte? Por si fuera poco, As y Van son términos geográficos que figuran en viejos escritos asirios.

Pero Thor Heyerdahl dejó su trabajo sin cloncluir. Tras su muerte, en el 2002, su viuda, Jacqueline Beer Heyerdahl continuaría su labor de búsqueda de evidencias arqueológicas del pasado del pueblo nórdico.

Tal vez pueda demostrarse que los vikingos llegaron desde el sur, pero ¿por qué se fueron hacia el norte, hacia la desapacible Escandinavia, una tierra que tan poco tenía que ver con la soleada y fértil región de la que presumiblemente procedían? ¿No estaría haciendo el viaje de regreso tras haber viajado hacia el sur en la última glaciación? ¿Era el norte la tierra que sus antepasados les legaron a través de sus leyendas? ¿Era el posible Odín histórico un héroe destinado a devolver a su pueblo a la tierra de los orígenes? Cuando los vikingos suecos iniciaron la Ruta del Este, que les llevaría hacia Costantinopla a través de los ríos rusos, ¿hicieron “camino al andar” o ya sabían por donde tenían que ir y qué iban a encontrar allí?

Fragmento del libro Territorio Vikingo
texto © manuel velasco 



Thor Heyerdahl in Azerbaijan

Bakú, Azerbaiyán (mapa google)