Durante mucho tiempo, la redacción original se le atribuyó a un monje llamado Néstor, y de ahí que se le llamara La Crónica de Néstor o El Manuscrito de Néstor. Entre las muchas fuentes que habría utilizado estaban las primeras (hoy perdidas) crónicas eslavas, los anales bizantinos de Juan Malalas y de Jorge Hamartolus, leyendas populares y sagas nórdicas, numerosos textos religiosos griegos, tratados entre los bizantinos y los rusos, fuentes orales de Yan Vyshatich y otros líderes militares.
Néstor trabajó en la corte de Sviatopolk II de Kiev y probablemente compartió su política pro-escandinava. La primera parte es rica en historias anecdóticas, entre las que se cuentan la llegada de tres hermanos varegos, la fundación de Kiev, el asesinato de Askold y Dir, la muerte de Oleg (a quien mató una serpiente escondida en el esqueleto de su caballo) y la venganza de Olga de Kiev, esposa de Igor de Kiev, sobre los drevlianos, quienes habían asesinado a su marido.
La historia del cristianismo en aquella tierra también está recogida en pasajes tales como la labor de los santos Cirilo y Metodio entre los pueblos eslavos o la expedita forma en que el príncipe Vladímir I de Kiev abolió el culto a Perún y a los otros dioses de Kiev, eslavos o vikingos.
En el año 1116, el hegemone Silvestre realizó numerosas copias del texto de Néstor, añadiendo su propio nombre al final de la crónica. Dado que el príncipe Vladimir II Monomaque era el patrón de la aldea de Vydubychi, donde estaba situado el monasterio, la nueva edición glorificó al príncipe e hizo de él la figura central de la narrativa posterior. Esta segunda versión de la obra nestoriana se preservó en el Códice Lauretiense.
Una tercera edición le siguió dos años más tarde, centrándose en la persona de Mstislav I de Kiev, hijo y heredero de Vladimir II Monomaque. El autor de esta revisión podría haber sido griego, ya que corrigió y actualizó muchos de los datos sobre los asuntos bizantinos. Esta última versión se conservó en el Códice de Ipatiev o Hipatiense.
El original se ha perdido y las copias más antiguas que se conocen son las del Códice Lauretiense y el Códice de Ipatiev, de modo que es complicado establecer el contenido original de la crónica palabra por palabra.
El Códice Lauretiense fue copiado por el monje de Nóvgorod Lavrenti (Lorenzo) para el príncipe Dmitri Konstantinovich en 1377. El texto original utilizado fue un códice hoy perdido compilado para el Gran Duque de Tver en 1305, año en que termina la crónica, aunque los años 898-922, 1263-83 y 1288-94 están omitidos por alguna razón. El manuscrito fue adquirido por el Conde Musin-Pushkin en 1792 y más tarde donado a la Biblioteca Nacional Rusa en San Petersburgo.
A diferencia de otras crónicas medievales escritas por monjes europeos, la Crónica de Néstor es única en su campo, al no haber otro testimonio escrito de la historia antigua de los pueblos eslavos orientales. Su larga relación sobre la historia del Rus de Kiev no tiene parangón, aunque se han datado correcciones provenientes de la Primera Crónica de Novgorod. Asimismo es valiosa como primer ejemplo de la literatura de los antiguos eslavos orientales.
(fuente: wikipedia)
descargar pdf La cristianización de la Rus’ kievita según “El relato de los años pasados” (Inés García de la Puente)
La Crónica de Néstor está publicada en español con el nombre de Relato de los años pasados: según la Crónica Laurenciana (1377), por Miraguano (2005)
La Crónica de Néstor está publicada en español con el nombre de Relato de los años pasados: según la Crónica Laurenciana (1377), por Miraguano (2005)
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